El vuelo 93 de United Airlines, efectuado el 11 de septiembre de 2001 por un avión Boeing 757, cubría el trayecto entre el Aeropuerto Internacional Libertad de Newark (New Jersey) y el Aeropuerto Internacional de San Francisco, en los Estados Unidos. Fue desviado por un comando compuesto por 4 terroristas; el objetivo es incierto pero se cree que debía dirigirse a la Casa Blanca o al Capitolio de los Estados Unidos. Fue el único de los aviones secuestrados ese día que no llegó a su objetivo.DESARROLLO DEL SECUESTRO:
El vuelo con destino hacia San Francisco despegó a las ocho con cuarenta y dos de la mañana de ese día, después de un retraso de cuarenta y dos minutos. Iban a bordo cuatro terroristas pertenecientes a la red terrorista Al-Qaeda, que se habían colocado en primera clase, presumiblemente para estar más cerca de la cabina. Alrededor de las 9:28, los secuestradores se pusieron en marcha y sometieron a la tripulación, asesinando al menos a tres miembros: el capitán Jason Dahl, el copiloto Leroy J. Homer y la azafata Deborah Welsh.
Dos de los secuestradores se habían encerrado en la cabina de pilotaje y los 40 pasajeros aparentemente se concertaron para impedir que el control siguiera en manos de los terroristas. Valerosamente intentaron controlar a los secuestradores e irrumpir en la cabina, al parecer sin éxito. El Boeing 757 se estrelló antes de llegar a su destino unos minutos después de las diez de la mañana en un campo abierto en Shanksville, Pensilvania. Todos los que iban a bordo murieron. Al caer en un descampado, no causó víctimas en tierra.
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